Crémeux de Bourgogne: Un gran amigo del Chardonnay

Gerald Leon
Crémeux de Bourgogne: Un gran amigo del Chardonnay
Recuerdo que estaba cursando el tercer año de universidad cuando me invitaron a mi primera Wine & Cheese Night. Todavía recuerdo haber estado en el supermercado Líder de 15 Norte en Viña, tratando de elegir un vino para acompañar el queso camembert que tenía en la mano. En ese momento, no tenía en mente el concepto de maridaje, sino el de encontrar un vino cuya etiqueta se viera decente y, de paso, no quedar desfinanciado.
Existe la creencia de que el vino y el queso están hechos el uno para el otro, pero existen un par de consideraciones. Elegir el vino adecuado para el queso, o viceversa, puede sonar como un problema del primer mundo, pero, ¿qué es la vida sin aquellos pequeños placeres que nos hacen sentir vivos?
Crémeaux de Borgogne, como dice su nombre, es un queso que proviene de la región de la Borgoña en Francia y está elaborado con leche de vaca. Debajo de la corteza del queso, con sus notas terrosas, se encuentra un interior ligeramente dulce y cremoso, que recuerda a una tarta de queso. Una textura realmente idílica y cautivadora que no ha dejado a nadie indiferente en nuestras catas de vinos. Nos gusta acompañar el susodicho queso con el Chardonnay Cota 500 de Andes Plateau, proveniente del Valle del Maule. Aquel Chardonnay muestra una buena concentración de fruta (en otras palabras, sabor), una golosa textura en el paladar, mientras que su vibrante acidez aporta con elegancia.
¿Por qué funciona el maridaje? Encontramos texturas similares en el interior del queso y en el Chardonnay. El Chardonnay de Andes Plateau tiene trabajo sobre lías, es decir, posterior a la fermentación alcohólica, el vino se mantuvo en contacto con las células de levaduras muertas. Si bien el proceso de crianza sobre lías no suena demasiado atractivo, al estar el vino en contacto con aquellas células y al ser agitadas durante el proceso de remontaje, se logra una textura más golosa en el paladar, obteniendo de paso aromas y sabores que nos recuerdan a la crema y al yogur. Son estas últimas notas las que se complementan con los sabores y la textura del susodicho queso. Por otro lado, la acidez del vino realza la acidez láctica del queso, contribuyendo a una mayor percepción de sabor, y también refresca el paladar de la golosa cremosidad del queso.
¿Hubiese funcionado un Chardonnay ligero y fácil de tomar? En ese caso, es probable que hubiésemos percibido una predominancia de los sabores del queso, relegando los sabores del vino a un segundo plano.


¿Dónde comprarlos?
Crémeaux de Bourgogne: La Fromagerie
Andes Plateau Cota 500 Chardonnay: Les Dix Vins

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